Con el Otoño, la caída de la hoja y porque no decirlo también del pelo, he pensado que a partir de ahora y no sé por cuanto tiempo, ¡quiero todo el cuento completo!, en estos últimos años y por exigencias del guión, he ido rebajando cada vez más mis prioridades, vale que se le eche la culpa de todo al Gobierno, pero hay cosas en la vida que tienes que medir en la balanza de tu satisfacción personal y si ésta parece que no se mueve ni un ápice desde hace mucho mucho tiempo, quizás es el momento de sentarte y ver el siguiente paso.
Como yo soy de las que ha leído, leo y espero seguir leyendo mucho, hay quien me acusa, de ser asidua a las novelas románticas, también en el cine prefiero una buena comedia romántica, o un gran drama por amor a un thiller, será que es cierto y tengo miles de pájaros en una cabeza ya con canas, pero cada vez que he intentado ser realista y compensar, la cosa no ha podido ir peor, así que he tomado una decisión no pienso levantarme de mi urna de cristal, hasta conseguir ese beso que me despierte de tanto letargo, que sea el destino el que haga su trabajo, que yo ya cumplo con mi horario.
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